La agenda de transición agroecológica y compostadora desde la asociación Economías BioRegionales en sinergia con otras asociaciones, líderes de barrio y municipios.
Desde el punto de vista de las estrategias de dinamización agroecológica local, el proceso de construcción de alternativas de compostaje que se está produciendo entre 2015-2018 en la zona centro peninsular, se articula entre estrategias comunitarios (grupos locales) y estrategias institucionales (desde los consistorios).
Esta interacción público-social del proceso de conquista agroecológica de los biorresiduos se está constatando en un paulatino y constante incremento de toneladas de materia orgánica recuperadas a lo largo de estos años. En muchos casos el proceso se inicia desde el apoyo y la organización comunitaria, son especialmente relevantes en este sentido los casos de recuperación iniciados en 2016 a través de la plataforma Madrid Agroecológico y de las AMPAS en el caso de Hortaleza, o de asociaciones de productores y/o vecinales en Torremocha de Jarama.
Son precisamente estos dos primeros casos considerados, del tipo de dinámica que denominaremos comunitaria los que están dando resultados más notables e innovadores y eficientes desde el punto de vista agroecológico. Presentaremos posteriormente otros dos casos en los que la asociación EBR trabaja como asistencia técnica de sendas mancomunidad (Vega de Henares de Guadalajara) y ayuntamiento (Móstoles).
El proceso de la CSA Vega de Jarama en Torremocha de Jarama
Se comenzó recogiendo en bicicleta puerta a puerta desde una asociación, y se consiguió implicar la recogida mancomunada en un quinto contenedor, habiéndose llegado a recuperándose casi el 50% de la materia municipal unas 40 t año para alimentar unos gallineros y una huerta comunitaria que a su vez alimenta a 100 hogares en cesta cerrada. De este caso es interesante destacar que frente a los 5 kg de CO2 por kg de huevos que se produce en convencional, con este sistema por cada kg de huevo se fijan, en los propios huevos y en el suelo a través del compost final, más de 0’5 Kg de carbono.
En el caso de las hortalizas frente al kg eqCO2 por kg de producto que se emite en las producciones y distribuciones convencionales, este sistema de agrocompostaje permite convertir un kg de hortalizas en un sumidero neto de carbono en suelo entorno a 0’2 kg por kg de hortalizas (Fuente: CSA Vega de Jarama y asoc EBR). Es importante destacar que estas comunidades de prosumo local de alimentos (sistema alimentario local) se convierten y deberían ser consideradas como en sumideros netos de carbono.
En la localidad próxima de Bustarviejo un grupo de productoras locales y el AMPA del colegio también llegan a recuperar unas 15 t anuales de biorresiduos en un sistema similar al de Torremocha con apoyo de las misma mancomunidad de recogida.
El factor trasnformador del proceso del agrocompostaje y una moneda biorresiduo
Desde la comisión de agrocompostaje y biorresiduos de la plataforma Madrid Agroecológico -una plataforma ciudadana que se organiza en 2015 para intentar incidir en los programas de los partidos políticos en las elecciones locales y autonómicas- se plantea al consistorio de Madrid un sistema de recogida comunitaria voluntaria con agrocompostaje en 4 huertas de proximidad de Madrid, y se inicia entre marzo y junio de 2016 con un total de 35 t recogidas en doce nodos.
Uno de estos nodos, el más activo sociales, se produce en el barrio de Hortaleza. Mientras el proyecto de Madrid Agrocomposta se consolidaba mediante un concurso público para adjudicar 210 t anuales en 2017, el del proceso comunitario en el barrio de Hortaleza, sin abandonar este nuevo sistema de recogida agroecológica, incorporaba una herramienta de bonificación a las familias participantes (la moneda social MOLA, Materia Orgánica Liberada de ir a vertedero) que apoyada desde diferentes asociaciones de madres y padres de varios colegios, y vecinales, junto con la asociación Coopera y Composta, permite articular 35 comercios del barrio que aceptan la moneda
El principal destino de las MOLAS que se reparten trimestralmente a los hogares participantes en la recogida selectiva de materia orgánica, son las huertas agroecológicas de proximidad, y otros productores de la asociación AUPA de pequeños productores agroecológicos creada precisamente en 2017 entre varias de las huertas participantes en la experiencia de Madrid Agrocomposta.
En estos dos casos se pone de manifiesto que la iniciativa de inicio es “comunitaria” (grupos locales pequeños organizados) y/o en menor medida “social” (plataformas ciudadanas/ecologistas).
El efecto contagio en otros municipios
En lo que respecta a experiencias eminentemente institucionales podemos resumir dos de iniciativa municipal: en la ciudad de Móstoles (la segunda ciudad de la Comunidad de Madrid) y en la Mancomunidad de residuos Vega de Henares (Guadalajara).
En el caso de la Mancomunidad de residuos Vega de henares, se pone en contacto a través de Red TERRAE con la asociación Economías BioRegionales para identificar un proyecto piloto de recogida selectiva. Se propone una campaña de información en colegios para que voluntariamente separen los residuos orgánicos de los comedores escolares. Se comenzó con 6 colegios en marzo de 2017, y en Junio de 2018 se ha extendido a 9 colegios y 1 centro de día con un peso de 37 t año que se han tratado en dos fincas certificadas en producción ecológica y dadas de alta como gestoras de residuos orgánicos.
En el caso de Móstoles, la Concejalía de medio ambiente inicia en 2017 un programa de compostaje en colegios con enfoque educación ambiental con la asociación Amigos de la Tierra, en 2018 se inicia un proceso de formación a personal municipal e instalación de dos islas de compostaje comunitario en dos barrios, con un seguimiento profesional. El siguiente paso es iniciar la implantación y recogida de un quinto contenedor comunitario voluntario (grandes productores colectividades) para trasladar a huertas profesionales de proximidad (previsto finales 2018, inicios 2019).
Conclusión operativa
Para que otros municipios inicien el proceso, recomendamos a nuevos consistorios que quieran iniciar la recogida selectiva: Iniciar el proceso de separación con proyectos de compostaje comunitario voluntarios, con 1-2 composteras en calle (parque o jardín) visibles, con talleres quincenales regulares, adecuadamente anunciados. El objetivo es incorporar en las conversaciones del vecindario, barrio a barrio o pueblo a pueblo, los objetivos y criterios básicos de compostaje cómo el mejor modo de aprender comunitariamente (enfoque ciencia ciudadana) las condiciones mínimas de calidad de la recogida selectiva. Con posterioridad a esta fase de compostaje comunitario in situ, se propone proceder a recogida de quinto contenedor comunitario, sólo donde una comunidad lo solicite, y posteriormente evaluar la posibilidad de generalizar un quinto contenedor (con llave y bonificación) en determinados enclaves.
El objetivo no es recoger de modo separado el 100% de la materia orgánica en 2020, si no conseguir con muy alta calidad de separación el 50%, implicando a la ciudadanía más interesada, y dejando que esta participe educando por el boca a boca al resto de la comunidad. El compostaje, requiere un enfoque de sucesivos hito, y el primero de ellos es de diálogo con las vanguardias sociales y los procesos comunitarios ya implicados en los objetivos del reciclaje.
Es con este enfoque con el que se están definiendo desde Red TERRAE en Castilla La Mancha un proyecto en el marco de convocatoria FEDER PO de la Junta de Comunidades sobre implantación de la recogida selectiva con tratamiento local (municipal o agrocompostaje) para los municipios de la red TERRAE.
Recientemente el movimiento ecologista, federando a muy diferentes organizaciones de vecinos, naturalistas, etc, ha generado una campaña y una plataforma #QuieroUnMarron que difunde la idea de que la ciudadanía reclame a sus ayuntamientos la implantación de un sistema de recogida selectiva de la materia orgánica de calidad (pocos impropios) y con tratamiento descentralizado y también de calidad como los que hemos descrito.
Alternativas de la máxima calidad para la recogida selectiva de la materia orgánica.
Sevilla, Zaragoza, Madrid.. son muchas las ciudades y los pueblos de las comunidades autónomas del centro y sur peninsular, que están iniciando en 2018 la recogida selectiva de la materia orgánica. En mayo 2018 la ex-Ministra de Agricultura anunciaba la aprobación de un Real Decreto que acelera a 2019 la necesidad de recogida selectiva de la materia orgánica, dando un nuevo aviso a los navegantes de las procelosas aguas del mundo de los residuos (grandes empresas, consorcios y mancomunidades, etc).
Las modalidades elegidas son diversas, pero en general responden, mediante la formulación de experiencias piloto en algunos barrios, con una recogida voluntaria de contenedor marrón sin llave (solo excepcionalmente mediante un sistema de recogida puerta a puerta). Los resultados de calidad en la recogida, al menos durante los primeros años, se pueden considerar malos con porcentajes de impropios que estarán siempre por encima del 20%.
Enfoque y experiencia en el diseño de estrategias y procesos en la agenda de la materia orgániza
Desde la asociación Economías BioRegionales entendemos la recogida de materia orgánica como un proceso voluntario, comunitarios y preferentemente bonificado, y enfocado a un proceso de transición agroecológica en la que los biorresiduos urbanos se reincorporen como enmienda y fertilizante orgánico probióticos para alimentar en proximidad a las tierras agrícolas que luego nos alimenta.
Las normativas de agrocompostaje en Alemania o Austria solo permiten porcentajes de impropios por debajo del 5%. Pero estos sistemas piloto ofrecen impropios por encima del 20%. ¿como resolvemos este diferencial de calidad para destinar nuestros residuos a compostaje agrícola?.
En las experiencias que hemos diseñado, asesorado, y/o implementación en diferentes localidades de Madrid y Guadalajara (la ciudad de Madrid entre otras) entre 2016 y 2018 apuntan claramente a la posibilidad de porcentajes de impropios por debajo del 1%.
Nuestra propuesta se centra en diseñar proyectos que responden, no a la decisión de los consistorios, si no a la información y convocatoria de demanda de sistemas comunitarios voluntarios de separación comunidades escolares, comedores de empresa, asociaciones vecinales, y otras colectividades. Solo aquellos que soliciten una recogida en contenedor marrón sabiendo que se destina a tratamiento en pequeñas cantidades y en fincas agrícolas. Los contenedores están numerados y se personaliza el seguimiento, de modo que si bien en las primeras semana de recogida los porcentajes de impropios ya son siempre inferiores al 5%, tras dos meses de seguimiento de los impropios y retorno de resultados de calidad a estas comunidades, nos permite estabilizar por debajo del 0’2% de impropios.
La clave pues de la propuesta consiste en una oferta voluntaria que los generadores (grandes comedores, hogares, colectividades) soliciten de modo voluntario, sabiendo que el destino es una finca agrícola, que podrán visitar, entrelazando relaciones de compra y consumo de productos frescos y de temporada.
Con este mecanismo sin embargo tenemos el techo sociodemográfico que suponen las poblaciones más concienciadas, que situamos en el entorno del 10%. Esto impide llegar a los objetivos de separación que se sitúan alrededor del 50% en 2020.
Creemos que la ciudadanía diferencia la calidad mediocre de los compost que se generan en un sistema convencional de recogida y tratamiento en una gran planta, a la labor artesanal que realiza un agricultor o ganadero que se vincule a la venta de proximidad mejorando los enlaces urbano-rurales en clave de producción agroecológica.
Estamos ampliando esta experiencia y este enfoque nueve grandes entidades locales en Madrid a través de un proyecto de Grupo Operativo que gestiona IMIDRA, y la extensión a otras cinco comunidades autónomas con diferentes socios: SEAE, Mancomunidades, Grupos de Acción Local, Grupos de consumo, etc.
Próximas citas en la implementación del agrocomspotaje
Los próximos días 4-5 de Julio nos reuniremos en Azuqueca de Henares para presentar algunos de los principales trabajos que sobre esta materia del agrocompostaje se están realizando en todo el Estado, y especialmente en Euskadi, Madrid, País Valenciano, Castilla La Mancha, Canarias y Galicia.